George Drabble, un "refundador" de Campana sin calle ni recuerdo
Fue un inversor y un visionario, perteneciente al Ferrocarril Central Argentino, quien en 1882 hizo instalar el primer frigorífico de Sudamérica, aquí en nuestra ciudad. Curiosamente, el comerciante no es considerado una figura destacada, ni honrada con su nombre en plazas o calles como una alguien importante en la historia campanense.

George Wilkinson Drabble, un banquero influyente, quien en el año 1870 asumiría como presidente del Directorio del Banco de Londres, se caracterizó por tomar decisiones prudentes que le aportaron éxito a sus empresas aún en contextos de riesgo que suponen países jóvenes y turbulentos, como era la naciente República Argentina de ese entonces.
Drabble había llegado a la ciudad de Montevideo en 1847, en medio de la llamada Guerra Grande que regía en esos años. Sin embargo, frente a este complejo contexto, Drabble se destacó por realizar buenos negocios en términos de comercio exterior, canalizando como resultado todas las inversiones entre Gran Bretaña y el Río de la Plata. Si bien retornó unos años después a Londres, nunca olvidó el potencial de crecimiento económico del que disponía esta zona, a la que incluso retornó en dos ocasiones, en 1872 y 1876.
Producto del interés que Drabble poseía en la región, en 1882 creó en Inglaterra el frigorífico “The River Plate Fresh Meat Company Limited”, buscando utilizar la refrigeración (un método de existencia reciente) en todo lo concerniente al comercio internacional de carnes. Para llevar adelante su proyecto mandó a construir ese mismo año una planta aquí mismo en la ciudad de Campana, anticipando el enorme crecimiento que ésta experimentaría (en conjunto con el país) a fines del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX. En este sentido podemos decir que George Wilkinson Drabble es una figura clave en el desarrollo de nuestra localidad.
Los excelentes resultados de la refrigeración campanense no se hicieron esperar, por lo cual la técnica no tardó en expandirse por el área rioplatense. La River Plate Fresh Meat Co. Ltd. fue una de tantas empresas que participaron de un formidable cambio industrial y logístico, el cual regeneraría la matriz productiva de los próximos 100 años.
Dado este éxito, dos años después Drabble instaló una segunda planta en el Uruguay, con el objetivo de ayudar a la exportación de carne enfriada, pero la misma tuvo que cerrar rápidamente, razón por la cual toda la producción se centró en Campana, trayendo enormes beneficios a nuestra ciudad, sobre todo si tenemos en cuenta que el gobierno argentino otorgaba en ese entonces enormes beneficios impositivos a las empresas locales, favoreciendo la productividad y abaratando los precios para el acceso de los clientes a sus productos.
A partir de estas ventajas, la empresa no solo continuó comprando cabezas de ganado del Uruguay, sino que amplió sus horizontes a nuevos proyectos: George Drabble entonces reorganizó el ferrocarril que arribaba a Campana, y conectó de esta forma a nuestra ciudad con Rosario y Tucumán. A su vez comenzó la cría de la raza de ovinos Lincoln para competir con otros frigoríficos a nivel mundial, llegando a poseer extensiones de hasta 51 mil hectáreas en nuestro país.
En 1863 asumió la presidencia de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; y en 1870 creó la Compañía de Tranvías de la Ciudad de Buenos Aires, volviéndose también un importante accionista de Ferrocarril Central Argentino. Fue también presidente del Ferrocarril Campana, donde patrocinó la construcción de la línea Buenos Aires-Rosario, otro gran logro a nivel social, institucional y económico.
Cabe destacar que a George Drabble, según lo atestiguado por sus conocidos, no le gustaba ser considerado un “banquero”, sino como un “comerciante sudamericano”, y la importancia que tuvo su visión y su accionar en lo que hace al desarrollo de esta parte del continente es difícil de debatir.
Más allá de su muerte en 1899, la influencia de este inversor en nuestro país se puede observar aún al día de hoy a través de edificaciones de estilo inglés en lugares tan variados como la estación de tren de General Villegas, y el Barrio Colonia Sola de Barracas.
Resulta interesante plantearnos entonces como pregunta: si George Wilkinson Drabble tuvo un lugar tan esencial en el crecimiento de la ciudad de Campana, ayudando a establecerla como polo industrial y las inversiones que esto significó junto a un desarrollo sin paralelo, comparado con otras localidades de la zona… por qué tan pocos de nosotros hemos oído su nombre, y no haya edificaciones, salones, calles, plazas o espacios públicos que les rindan homenaje?
Por Claudio Valerio.
Drabble había llegado a la ciudad de Montevideo en 1847, en medio de la llamada Guerra Grande que regía en esos años. Sin embargo, frente a este complejo contexto, Drabble se destacó por realizar buenos negocios en términos de comercio exterior, canalizando como resultado todas las inversiones entre Gran Bretaña y el Río de la Plata. Si bien retornó unos años después a Londres, nunca olvidó el potencial de crecimiento económico del que disponía esta zona, a la que incluso retornó en dos ocasiones, en 1872 y 1876.
Producto del interés que Drabble poseía en la región, en 1882 creó en Inglaterra el frigorífico “The River Plate Fresh Meat Company Limited”, buscando utilizar la refrigeración (un método de existencia reciente) en todo lo concerniente al comercio internacional de carnes. Para llevar adelante su proyecto mandó a construir ese mismo año una planta aquí mismo en la ciudad de Campana, anticipando el enorme crecimiento que ésta experimentaría (en conjunto con el país) a fines del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX. En este sentido podemos decir que George Wilkinson Drabble es una figura clave en el desarrollo de nuestra localidad.
Los excelentes resultados de la refrigeración campanense no se hicieron esperar, por lo cual la técnica no tardó en expandirse por el área rioplatense. La River Plate Fresh Meat Co. Ltd. fue una de tantas empresas que participaron de un formidable cambio industrial y logístico, el cual regeneraría la matriz productiva de los próximos 100 años.
Dado este éxito, dos años después Drabble instaló una segunda planta en el Uruguay, con el objetivo de ayudar a la exportación de carne enfriada, pero la misma tuvo que cerrar rápidamente, razón por la cual toda la producción se centró en Campana, trayendo enormes beneficios a nuestra ciudad, sobre todo si tenemos en cuenta que el gobierno argentino otorgaba en ese entonces enormes beneficios impositivos a las empresas locales, favoreciendo la productividad y abaratando los precios para el acceso de los clientes a sus productos.
A partir de estas ventajas, la empresa no solo continuó comprando cabezas de ganado del Uruguay, sino que amplió sus horizontes a nuevos proyectos: George Drabble entonces reorganizó el ferrocarril que arribaba a Campana, y conectó de esta forma a nuestra ciudad con Rosario y Tucumán. A su vez comenzó la cría de la raza de ovinos Lincoln para competir con otros frigoríficos a nivel mundial, llegando a poseer extensiones de hasta 51 mil hectáreas en nuestro país.
En 1863 asumió la presidencia de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; y en 1870 creó la Compañía de Tranvías de la Ciudad de Buenos Aires, volviéndose también un importante accionista de Ferrocarril Central Argentino. Fue también presidente del Ferrocarril Campana, donde patrocinó la construcción de la línea Buenos Aires-Rosario, otro gran logro a nivel social, institucional y económico.
Cabe destacar que a George Drabble, según lo atestiguado por sus conocidos, no le gustaba ser considerado un “banquero”, sino como un “comerciante sudamericano”, y la importancia que tuvo su visión y su accionar en lo que hace al desarrollo de esta parte del continente es difícil de debatir.
Más allá de su muerte en 1899, la influencia de este inversor en nuestro país se puede observar aún al día de hoy a través de edificaciones de estilo inglés en lugares tan variados como la estación de tren de General Villegas, y el Barrio Colonia Sola de Barracas.
Resulta interesante plantearnos entonces como pregunta: si George Wilkinson Drabble tuvo un lugar tan esencial en el crecimiento de la ciudad de Campana, ayudando a establecerla como polo industrial y las inversiones que esto significó junto a un desarrollo sin paralelo, comparado con otras localidades de la zona… por qué tan pocos de nosotros hemos oído su nombre, y no haya edificaciones, salones, calles, plazas o espacios públicos que les rindan homenaje?
Por Claudio Valerio.