"Honren la vida para no tener que volver a despedir a ninguno de sus amigos"
La trágica muerte de Santiago Gallardo, joven bombero de Los Cardales, tras un accidente con su moto mientras realizaba maniobras riesgosas, generó una conmovedora despedida de sus amigos y un mensaje aleccionador de su madre, que pidió tomar conciencia y honrar la vida cuidándose entre ellos.

Santiago Gallardo, joven bombero voluntario de Los Cardales, falleció tras protagonizar un accidente con su moto mientras circulaba por el Camino 014-02 (Ruta 4), donde habría estado realizando maniobras riesgosas. El hecho conmocionó a toda la comunidad y dejó una profunda huella entre sus seres queridos, amigos y compañeros del cuartel.
La tragedia ocurrió en una zona que suele ser elegida por motociclistas para realizar acrobacias y correr picadas, pese al riesgo que representa tanto para ellos como para terceros. Gallardo, conocido por su vocación solidaria y su rol activo como bombero, fue despedido por sus amigos con una vigilia motorizada frente a su vivienda. El homenaje, cargado de emoción, incluyó bocinazos y banderas.
En medio del dolor por la pérdida, su madre decidió compartir un mensaje en redes sociales que rápidamente se viralizó por su contenido sincero, conmovedor y aleccionador. Allí agradeció el acompañamiento, pero también pidió reflexión: "Banco esta forma de despedirse porque Santi hubiese hecho lo mismo por cualquiera de ustedes, por eso hasta los dejé hacerlo en la puerta de mi casa. Esto es una despedida y en ella sostuvieron a su hermano, y estoy eternamente agradecida. Pero a partir de hoy, que la despedida se termina, comprendan el honor, el honrar a un amigo, y la mejor manera de hacerlo es que se cuiden y obliguen a cuidarse al que tienen al lado..."
La mujer apeló directamente a los jóvenes amigos de su hijo para que tomen conciencia del peligro de ciertas prácticas al conducir: "Honren la vida para no tener que volver a hacer estas despedidas a ninguno de sus amigos. Dejen de colgar en la ruta y en las calles transitadas, no solo pueden morir sino que pueden matar a alguien. Usen casco, sean prudentes, jueguen en lugares donde la exposición para ustedes y los demás sea mínima."
También reveló que Santiago solía minimizar los riesgos: "Santi nunca me hizo caso, creo que nunca tomó conciencia del riesgo real, y este es el desenlace. Sean diferentes, honren su vida, honren la vida de sus amigos."
Finalmente, cerró su publicación con gratitud hacia quienes lo acompañaron y quisieron en vida: "Gracias a todos por estar, gracias por quererlo tanto, gracias porque en cada uno de ustedes encuentro un pedacito de él. Cuídense y cuiden a sus amigos."
El testimonio de esta madre en duelo resuena como una advertencia directa y necesaria en una época donde el culto a la velocidad y las maniobras extremas en moto se han naturalizado entre los más jóvenes. La muerte de Santiago Gallardo deja una herida abierta, pero también un llamado urgente a la conciencia y a la responsabilidad.
La tragedia ocurrió en una zona que suele ser elegida por motociclistas para realizar acrobacias y correr picadas, pese al riesgo que representa tanto para ellos como para terceros. Gallardo, conocido por su vocación solidaria y su rol activo como bombero, fue despedido por sus amigos con una vigilia motorizada frente a su vivienda. El homenaje, cargado de emoción, incluyó bocinazos y banderas.
En medio del dolor por la pérdida, su madre decidió compartir un mensaje en redes sociales que rápidamente se viralizó por su contenido sincero, conmovedor y aleccionador. Allí agradeció el acompañamiento, pero también pidió reflexión: "Banco esta forma de despedirse porque Santi hubiese hecho lo mismo por cualquiera de ustedes, por eso hasta los dejé hacerlo en la puerta de mi casa. Esto es una despedida y en ella sostuvieron a su hermano, y estoy eternamente agradecida. Pero a partir de hoy, que la despedida se termina, comprendan el honor, el honrar a un amigo, y la mejor manera de hacerlo es que se cuiden y obliguen a cuidarse al que tienen al lado..."
La mujer apeló directamente a los jóvenes amigos de su hijo para que tomen conciencia del peligro de ciertas prácticas al conducir: "Honren la vida para no tener que volver a hacer estas despedidas a ninguno de sus amigos. Dejen de colgar en la ruta y en las calles transitadas, no solo pueden morir sino que pueden matar a alguien. Usen casco, sean prudentes, jueguen en lugares donde la exposición para ustedes y los demás sea mínima."
También reveló que Santiago solía minimizar los riesgos: "Santi nunca me hizo caso, creo que nunca tomó conciencia del riesgo real, y este es el desenlace. Sean diferentes, honren su vida, honren la vida de sus amigos."
Finalmente, cerró su publicación con gratitud hacia quienes lo acompañaron y quisieron en vida: "Gracias a todos por estar, gracias por quererlo tanto, gracias porque en cada uno de ustedes encuentro un pedacito de él. Cuídense y cuiden a sus amigos."
El testimonio de esta madre en duelo resuena como una advertencia directa y necesaria en una época donde el culto a la velocidad y las maniobras extremas en moto se han naturalizado entre los más jóvenes. La muerte de Santiago Gallardo deja una herida abierta, pero también un llamado urgente a la conciencia y a la responsabilidad.